Tatuarse para pesistir
Mi nombre es Francisca Neira. Mi primer tatuaje me lo hice a los 16 años. Es muy pequeño, en verdad lo que me importaba era el hecho de tatuarme, marcarme. En ese tiempo yo me juntaba con un grupo de chicos punk y en el fondo la idea era revelarse ante una estructura que imponían ciertos colegios. Me parece que hay un uso que tiene que ver con el tatuaje como una herramienta de rebeldía y transgresión frente a la lógica en la que vivimos. Una lógica en la que prima lo pasajero, la inmediatez de las cosas, las satisfacciones vacías. El tatuaje es todo lo contrario, es algo que uno se hace y permanece. Después te podés tatuar cosas encima pero seguís estando tatuade, te lo podés borrar con láser pero vas a seguir con una marca en tu cuerpo. Por otra parte necesitás pasar por un proceso doloroso para estar marcade, y se puede acceder a través de formas que no son un intercambio comercial: muchas veces podés acceder a un tatuaje a través de un trueque, por ejemplo.
LAS ALAS DEL DESEO
Soy chilena, vivo en Santiago pero soy de Antofagasta, del norte de Chile. Puede parecer un poco banal pero yo vivo mi vida como extranjera. En un mundo donde la inmigración es un tema muy fuerte puede parecer un poco ridículo que una persona que viene de solo mil quinientos kilómetros de distancia se considere extranjera. En Chile hay un nivel de marginación que funciona en distintos ámbitos y va desde la forma de ser de la idiosincracia propia de las regiones extremas y la capital, hasta el acceso a ciertos derechos. Siempre he vivido desde un margen.
ESCRITO EN MI CUERPO
Mi cuerpo no es algo de lo que me haya podido apropiar totalmente, ni es algo que me tenga cien por ciento cómoda. Y el hecho de tatuarlo va escondiendo no solo esas imperfecciones físicas que una pueda considerar que tiene, sino que también va escondiendo ciertos dolores y experiencias.
Tengo algunos tatuajes que dicen cosas. Por ejemplo el último que me hice dice: “si no hay pasión que no haya nada”. Pero también tengo muchos tatuajes que esconden situaciones, esconden dolores y vivencias. A pesar de que son imágenes que están expuestas y se vuelven publicas al ojo de la calle, representan experiencias privadas muy personales que incluso si uno las contara no podrían llegar a ser sentidas por el otro.
EL RECORDATORIO
En el antebrazo tengo una Hannya (máscara del teatro japonés que representa a la mujer celosa). Me la hice después de que estuve en una relación de pareja muy violenta, con un tipo que tenía problemas con drogas. Fue una relación de la que me costó muchísimo salir, no porque estuviese tan enamorada, pero hay situaciones de orgullo en las que una soberbiamente quiere modificar las conductas del otro. Esta relación estuvo muy cruzada por celos. Alucinando, él me veía en lugares donde yo no estaba y con gente con la que yo no estaba. A partir de esto terminé con la Hannya tatuada para recordarme no volver aguantarme nunca más la violencia ni los celos de nadie. Y por otra parte entender que eso es una máscara y que oculta problemas que son muchos más graves, no solo en la otra persona sino en uno también. Fue uno de los tatuajes que más me costó hacerme ya que simboliza un período muy negro de mi vida.
CALAVERA NO CHILLA
En el brazo tengo una calavera “gitana”, que me representa a mi. La calavera tiene una tonalidad verde, está medio podrida. No me quise representar como una mujer bonita ni arreglada, ni como una flor delicada y femenina, sino que me representé en algo que tiene una parte bastante muerta dentro de si.
Tengo tatuado un corazón y un cerebro, uno en cada pierna, ambos representan las fuerzas a partir de las cuales movemos nuestras vidas. Están acompañadas con una frase de un bolero que se llama Cariño Malo. El corazón dice “cariño malo” y el cerebro dice “amor perverso”.
SE VA A CAER, SE VA A CAER
Hace como 5 años comencé un proceso de desligarme de todo la estructura patriarcal y capitalista, en la que todo se mide en términos de producción y consumo. Hay gente que no puede creer que yo teniendo dos carreras universitarias y habiendo estudiado un magister haya pasado un año entero vendiendo pan para sobrevivir. Fui en busca de la libertad, palabra que no tengo tatuada en ninguna parte porque es una palabra/concepto/idea a la que yo no creo que haya llegado.
Tengo tatuado un tigre que dista de lo que es un tatuaje decorativo. Es un tigre sin color, medio deforme, solo negro, que está en una posición medio de ataque y medio de escudo. Me gusta jugar con eso que no vende y que transgrede, con aquello que de alguna manera nos permite expresar una identidad propia, mostrando algunas cosas y ocultando otras.
Tengo un ojo tatuado en una pierna que dice “no hay ciego peor que el que no quiere ver”. Este tatuaje simboliza los tatuajes que todavía no me he hecho porque no he cerrado esos procesos.
TATUAJE CON CARÁCTER
El brazo completo es oriental: tengo un tigre con flores a los costados, la Hania con flores a los costados y una calavera con flores a los costados. Lo que me gusta de este brazo es que los colores que usamos no son los que se usan en el tatuaje tradicional japonés. Yo pedí cambiar los colores: por ejemplo de las nubes y el viento que deberían haber sido negros, pero yo los pedí azules, yo quería un brazo que rompiera con las normas estéticas y con el canon del tatuaje tradicional japonés. El brazo completo representa mi intención de abandonar cualquier norma y hacerlo consciente.
Tengo tatuada una vicuña, que es una de las criaturas que viven a mayor altura del altiplano chileno. La vicuña es un animal que no se puede domesticar.
Yo soy una persona que tiene muy mal carácter y que a raíz de eso yo he hecho sufrir a muchas personas y creo que cuando otra persona sufre por culpa de une, une también sufre. Por eso creo que tengo que reparar ciertos lazos con mi familia y amigos. Yo creo que tengo un problema de carácter que tengo que solucionar. Además creo que el tema de la salud mental está muy poco valorado, entonces este tipo de cosas parecen nimiedades y cosas de la vida cotidiana, pero son mucho más importantes de lo que une piensa.
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